
Se trataba de una denuncia genérica, aunque basada en un caso concreto de una madrileña que adquiria, junto a su compañero, a una serie de perros a través de Internet con el pretexto de encontrarles un hogar; su destino era un martirio continuo con el fin de criar mas perritos. Es el criadero ilegal de la torre de Esteban Hembrán, en la provincia de Toledo.
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