
A instancias de un grupo de científicos que asesoran al gobierno británico sobre la regulación y el trato a los animales usados en los laboratorios, los grupos de investigación deberán de informar sobre el nivel de sufrimiento.
Expertos consultados afirman que este padecer del animal se podrá medir en función de sus respuestas, de los síntomas clínicos, su consumo de alimento, agua y ocasional pérdida de peso.
La legislación del Reino Unido, al igual que la de la mayor parte de los países de la tierra, obliga a que, cualquier sustancia que se use con fines medicinales tiene que se probada, como poco, en dos clases de mamiferos diferentes. De esta forma, al menos 3 millones de animales se usan para estos "experimentos e investigaciones" y otros que pueden ser considerados menos éticos como los de perfumería, cosmética y afines.
Es obligatorio el tener una licencia del gobierno para experimentar con animales en Gran Bretaña, así como el registro de los animales que se usan, pero no es obligatorio el registrar la afectación del animal por estar sometido al experimento o investigación.
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